30.5.06

Auster. Somos invisibles


De todas las películas de Hector Mann hay una que me impresiona más que las demás. Esa es “Don Nadie”. Está en el segundo capítulo.

Lo que realmente me impresiona es que aquí veo representado lo que siempre consideré una de las principales formas de violencia y tortura que se puede ejercer sobre otras personas. El que nos ignoren, el que no nos consideren nada, el hecho de que para el resto del mundo no signifiquemos absolutamente nada, que podamos pasar al lado de otras personas y no nos dirijan una sonrisa, una mirada, una palabra. Como decíamos en otro mensaje, que nos consideren muertos vivientes. Que seamos invisibles.

La primera vez que me sentí afectado por este tema fue leyendo, precisamente, “El hombre invisible”, de Ralph Ellison. En esta novela, el protagonista es invisible porque es negro y es ignorado por toda una sociedad, llegando a un punto de locura en que se encierra en un sótano con miles de bombillas encendidas sólo para demostrarse que no es invisible. Más adelante, libros como “El color Púrpura”, me mostraron una doble condición de invisibilidad, la de ser negro y ser mujer.


Pero la invisibilidad no se ejerce como forma de tortura sólo con las minorías o los más débiles. La invisibilidad se ejerce todos los días en nuestro entorno. Y eso es lo que nos muestra esta historia. Si nos fijamos vemos a muchísimas personas que son magos, que tienen la capacidad de hacer desaparecer a la gente: los jefes a sus empleados, unos compañeros a otros, padres a hijos. La invisibilidad no es potestad de los fuertes sobre los débiles. Incluso nosotros fuimos (o somos) magos capaces de hacer invisibles

Recuerdo un trozo de la novela: “Sigue ahí, frente a nuestros ojos, pero los demás personajes de la película permanecen ciegos a su presencia. Se pone a saltar, agita los brazos, se desnuda en una esquina muy concurrida, pero nadie lo ve”.

Esto, lamentablemente, es la historia diaria de millones de personas. ¿Y nosotros? ¿Somos magos? ¿Hacemos desaparecer a las personas o las hacemos visibles?

23.5.06

Auster. El cine








Auster siempre fue un gran aficionado al cine y ya en 1967 trató de trabajar en el mundo del cine, pero no logró el ingreso en el Instituto de Estudio Cinematográficos de París. Como curiosidad podemos decir que las películas de Hector Mann contadas en el libro fueron escritas por Auster en esta época. Se dedicaba a escribir guiones para películas que nunca se iban a rodar.

El pasado 8 de mayo se comenzó a rodar en Lisboa la película basada en “El libro de las ilusiones”.

En este caso la película no será una recreación exacta del libro. Su título provisional es “La vida interior de Martin Frost” y está dirigida por el propio Auster y protagonizada por su hija Sophie, a quién pudimos ver hace poco tiempo en Asturias. En una entrevista en El País, Auster comenta sobre la película:

“Al final de ‘El libro de las ilusiones’, los protagonistas visionaban una película de un director de cine mudo, Hector Mann, en la que la musa de un escritor iba muriendo lentamente a medida que él avanzaba en su mejor trabajo. Acto seguido, él conseguía resucitarla lanzando la obra a las llamas. Dejé el relato en ese punto. Ahora me ha llegado la oportunidad de continuarlo. Un tercio del filme pondrá en imágenes lo descrito en la novela. Los dos tercios restantes proseguirán el argumento”.

Ésta, como ya sabéis, no es la primera vez que Auster se acerca al mundo del cine. Dirigió la película “Lulu on the Bridge” y escribió los guiones de “Smoke” y “Blue in the Face” (colaborando también en la dirección). También hay una película sobre su libro “La música del azar”, en la que el propio Auster hace un cameo haciendo el papel de un conductor. Para 2007 se comenzará a rodar la película “El país de las últimas cosas”, basada en el libro del mismo título de Paul Auster.

“Smoke”, que recibió el premio Independent Spirit Award en 1995 al mejor guión, es la que más repercusión ha tenido. Si queréis ver alguna de ellas no tenéis más que pedírnoslas y os las dejamos. Las tenemos a vuestra disposición gracias a Manuel. Podemos organizar un pequeño cine-club con sus películas.

Cuidado: No son tan buenas como sus libros. Pero es sólo una opinión.



17.5.06

Auster. Somos ricos

El dinero. Esa es una de las características de las novelas de Auster. En muchas de ellas Auster hace rico a alguno de sus protagonistas. Un golpe de suerte, una herencia. Siempre hay algo que les soluciona la vida.

En el caso de “El libro de las ilusiones”, un seguro hace rico a David. Este recurso, aunque a mucha gente le pueda parecer un poco simple, a mí me parece genial. De golpe nos resuelve una gran cantidad de problemas. David no tiene que preocuparse por nada más en este mundo que cumplir su misión: Ver todas las películas de Hector Mann.

En este caso es escandalosa la cantidad de dinero que recibe David por el seguro de vida. Incluso después de donar dinero, crear una beca para un estudiante, ofrecer dinero a su familia… dice que todavía le sobra. No deja de ser irónico el momento en que compara el hecho de haber perdido a varios familiares con que le tocase el premio gordo de la lotería.

Pero no es David el único que recibe dinero de golpe. También Frieda, justo cuando ella y Hector tienen problemas económicos para realizar sus películas, recibe una herencia.

Ya os digo que a mí me parece un gran recurso, aunque, claro, si se repite mucho puede llegar a perder credibilidad. Pero el hecho de que Auster lo utilice no es casualidad, ya que un hecho parecido tuvo una trascendencia muy importante en la vida de nuestro autor. El propio Auster recibió una herencia tras la muerte de su padre, lo que le permitió dedicarse a ser escritor. No eran buenos momentos para nuestro héroe y ya veis a dónde ha llegado gracias a ese dinero.

Pero a pesar de todo esto que os cuento, quiero sacar una frase que una vez leí en una entrevista con Paul Auster. En ella decía algo así como: “nunca perdonaré a mi padre el hecho de haberme hecho rico cuando era joven. Me privó de gran parte de mi juventud”. Quizá la frase no sea exacta, ya os digo que la leí hace mucho tiempo, pero da para pensar.

Entramos aquí en el tema de la importancia del dinero, la repentina adquisición de grandes cantidades de dinero. ¿Arruina la vida de las personas o las soluciona? Supongo que todo depende del uso que se haga. Quizá el secreto esté en seguir con nuestro estilo de vida y no convertirnos en nuevos ricos.

Y así es como actúan los personajes de “El libro de las ilusiones”. El dinero les sirve para lograr unos objetivos muy concretos y no para cambiar de estilo de vida ni vivir entre unos lujos que nunca tuvieron. Les sirve para realizar sus ilusiones y vivir de acuerdo con sus principios. Para ellos el dinero es síntoma de libertad y no de esclavitud.

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10.5.06

Auster. Los vivos y los muertos

El libro de las ilusiones es un libro sobre personas vivas. Vivos que al mismo tiempo están muertos y hacen lo posible por resucitar.
Hector y David están muertos en vida. La tragedia, la pérdida de personas cercanas, la descomposición de su entorno… Todo eso hace que los protagonistas pierdan las ganas de vivir y no las vuelvan a encontrar hasta que alguna persona importante se interponga en su vida (Alma y Frieda). A partir de ahí comienza la resurrección. Pero no será nada fácil, ya que previamente habían alcanzado unos niveles muy elevados de degradación moral ¿Lograrán nuestros protagonistas encontrar el sentido de la vida? No os voy a desvelar el final.

Por todo esto, no es extraño que al comienzo del libro haya una estupenda cita de “Memorias de ultratumba” y que éste sea el libro que David está traduciendo. Las “Memorias de ultratumba” fue un libro enterrado en vida (como David y Hector); No podía ser editado hasta que su autor muriera. Al igual que las películas de Hector Mann, el autor nunca vería su arte publicado. ¿Tiene esto sentido? ¿Merece la pena crear obras de arte que sólo serán disfrutadas por el autor? Entre los miembros de nuestro club hay varios artistas. Me gustaría saber su opinión sobre el asunto. Por supuesto, también la de los demás.

Por otra parte, este nivel de lectura del libro me recuerda a una de mis “ideas” (por llamarlo de alguna forma) sobre la vida: “Nunca seremos felices hasta que nos adaptemos a los cambios de nuestro entorno”. En nuestra vida están continuamente apareciendo y desapareciendo nuevas personas (parejas, hijos, padres, sobrinos…) Cada una de estas apariciones o desapariciones cambia nuestro entorno. Unas veces todo sigue igual, la mayor parte de las veces no. Por eso creo que la lucha por lograr cierta “armonía” en nuestro entorno tiene que ser una de las principales batallas diarias.
¿Lograrán conseguirlo nuestros personajes?
La respuesta en el último capítulo de “El libro de las ilusiones”. O no.

3.5.06

Auster. Unos temas


Paul Auster es el autor de libros como “La trilogía de Nueva York”, “La música del azar”, “El país de las últimas cosas”, “El palacio de la luna”, “La invención de la soledad”, “La noche del oráculo” o este “Libro de las ilusiones” que ahora comenzamos.

Pero además es el escritor actual favorito de quien esto escribe. Tengo muchas razones. La primera que sus libros son muy entretenidos y me enganchan desde las primeras páginas. Por otra parte sus obras tienen niveles de lecturas muy diversos y toca temas y plantea situaciones que me hacen dar más de una vuelta a la cabeza. Podría decir que sus libros penetran en mi pensamiento de forma positiva, planteándome soluciones a “mis problemas existenciales”.

Os propongo unos temas que creo que aparecen en todas sus obras y que penséis en ellos a medida que vais leyendo el libro y observéis si van apareciendo o no:

La soledad, el ansia, la desaparición y, sobre todo, el azar. Casi nada. Y todavía hay más.

Además, ¿Alguien es capaz de decirme algún autor con títulos más atractivos? (Excepto mi debilidad para los títulos, el Sr. Tenesee Williams : “La noche de la iguana”, “Un tranvía llamado deseo”….)

PD: ¿Sabéis algo de Wittgenstein?