28.6.10

16.4.08

Adiós

Comenzamos nuestro viaje en Viena y fuimos capaces de subir río arriba a través de las tinieblas para encontrar, por fin, el verdadero corazón. Nos fuimos hasta Texas en tren, en el mismo tren que luego nos llevaría a 2046, con Guy y Bruno. Y Humbert nos llevó de viaje con Dolores por todos los estados de la unión. Hasta que en la América profunda nos estremecimos con un crimen a sangre fría. Ah!, el horror, como decía Marlowe. Un horror que nos hizo buscar la ilusión en la vida de Hector Mann.

Y esa ilusión nos hizo colaborar con varios proyectos. Las sesiones dobles y el proyecto Salinger. Y llegamos a preguntarnos con qué sueña Emma o con qué sueñan los androides. Pero seguro que no era con un chivo eléctrico que estaba de fiesta. Quizás todos seguían soñando con Lolita, o con esas vírgenes que se suicidan porque esta vida no está hecha para ellas, ni para John Trevanny. Porque para sobrevivir a la partida de ajedrez con la muerte, quizás tengamos que ser todos un poco Ripley, o admitir que nuestro secreto, como el de Coleman Silk, nunca puede estar oculto, que sólo seremos felices si descubrimos nuestros secretos o los confesamos en el hueco de un árbol. O si el sabor de una fresa salvaje nos recuerda lo que somos.

En realidad, esto es una carta a todos esas personas desconocidas, más de 5.000 que a través de estos años nos siguieron. A las 73 personas que juntos leímos y vimos Blade Runner. A todos los anónimos, a Portnoy, a Jazzman, a la Mujer Justa, a Rosenrod, a Cinempatia, al Pequeño Ibán, a Budokan y a J. Alvarez. Y a todos lo que no recordamos pero nunca olvidaremos.

¿Quién es Natalia Book? Natalia Book somos todos. Y también tu, viejo Bob. ¿Es que no ves que los tiempos siguen cambiando? Bueno, quién sabe, seguro que aparecemos un día tras una máscara de pétalos de amapola.

28.3.08

La familia. Philip Roth

Obviamente ni Coleman, ni tu ni yo podemos elegir la familia en la que nacemos. Algo tan circunstancial y fortuito marcará, sin embargo, toda nuestra vida. Determinismo.

Para Coleman, pertenecer a una familia de color le impide hacer realidad sus sueños, por lo que renuncia a ella. Los vínculos de dependencia que le generan son una forma de esclavitud que no le dejan ser libre para decidir su futuro o su posición en el mundo.

En un primer momento los padres y hermanos, y después los hijos que también acabarán por juzgar sus acciones.

Teorías sobre este concepto nos las encontramos, por ejemplo, en la ideología marxista. F. Engels, en su libro El origen de la familia, de la propiedad privada y el estado, nos recuerda lo siguiente:

En su origen, la palabra familia no significa el ideal, mezcla de sentimentalismos y de disensiones domésticas, del filisteo de nuestra época; en principio entre los romanos, ni siquiera se aplica a la pareja conyugal y a sus hijos, sino tan solo a los esclavos. ‘Famulus’ quiere decir esclavo doméstico, y ‘familia’ es el conjunto de esclavos pertenecientes a un mismo hombre.

Y Marx añade sobre el tema: La familia moderna contiene en germen, no sólo la esclavitud, sino también la servidumbre, y desde el comienzo mismo guarda relación con las cargas en la agricultura. Encierra, in miniatura, todos los antagonismos que se desarrollan más adelante en la sociedad y en su estado.

La cuestión es saber si esto es así en la realidad para la gran mayoría o si el caso de Coleman es casual y aislado. Cabe preguntarse si realmente necesitamos a la familia una vez que nos convertimos en personas adultas y hasta que punto nuestras acciones se ven condicionadas por ella.

Hay mucho de chantaje moral y sentimental en la unión familiar. Los padres chantajean a sus hijos con el miedo a defraudar cuando las decisiones tomadas no se corresponden con los ideales, costumbres, educación o visión de la vida que ellos tienen. Hay poco respeto, en general, a la libertad de pensamiento y de vida de los hijos. La madre de Coleman le hace chantaje emocional con unos nietos que ni siquiera habían nacido.

Pero al mismo tiempo, los hijos, una vez que sus padres son mayores, también son jueces del comportamiento de los padres al creer que no corresponden a “su edad”, como en el caso de la realción de Coleman con Faunia.

En el día a día, si la dependencia de unos y otros es material siempre habrá una contrapartida, un precio a pagar. Se necesita ayuda en el cuidado de los hijos y no se puede evitar que también les eduquen, para bien o para mal. Al mismo tiempo, otros padres valoran que lo prioritario es mantener el estatus social. De padre médico hijo médico. ¡¡¡Y ay de aquel que se le ocurra ser poeta!!!!

15.3.08

No somos libres. Philip Roth. La mancha humana

El lugar, la familia, la religión o la sociedad a la que pertenecemos condicionan nuestras vidas. Coleman Silk desafía a su propio destino como negro que no lo parece, renegando de su origen y familia para ser libre y para optar a las oportunidades de un mundo de blancos. Se convierte en un judío eminente y vive como tal, creando su propia realidad.
Pero una cosa es querer vivir la realidad en la que creemos y otra que el sistema nos deje conseguirlo, sin contar con qué o a quién tendremos que sacrificar por el camino.

Coleman renunció a vivir como un negro para vivir como un judío. Su decisión fue consecuencia de la historia, de la marginación sufrida por su raza a lo largo de la historia, una respuesta a la situación histórica. Pero Coleman no llega a ser un auténtico judío y se delata a sí mismo. Cuando habla con el abogado Primus, Coleman se mete con el color blanco de su piel, algo que sólo una persona que no sea blanca puede hacer. Según el crítico Tim Parrish, este es el único momento de la novela en que Coleman desvela su auténtica identidad, y lo hace inconscientemente. Su mente o su conciencia le traicionan.

Este pequeño detalle es revelador, porque Coleman no puede desprenderse de su verdadera identidad. Su vida es un engaño a sí mismo y sobre él pesa la mala conciencia de la renuncia a su raza, la negación de su propia madre o la mentira como base de la relación con su familia. Su deseo llega tan lejos como para retar a la genética teniendo hijos cuando lo normal es que no corriera ese riesgo.
Será necesario un hecho tan irónico como una acusación de racismo, para que una vez que se derrumbe su mundo, todo por lo que luchó, empiece a ser feliz de verdad. El encuentro con la desinhibida Faunia le demuestra que la verdadera libertad la llevamos dentro y es ahí donde hay que buscarla, que lo externo, el color, el estatus o lo que los demás piensen de nosotros ya no son tan esenciales si contamos con “la audacia transgresora” y empezamos a disfrutar de esas otras cosas importantes.

29.2.08

Identidad. Philip Roth

En el comienzo de una de las mejores novelas del siglo XX, el anónimo protagonista está en un sótano rodeado de 1.369 bombillas que lo hagan visible ante una sociedad que se niega a verlo por ser negro. El libro es el hombre invisible de Ralph Ellison.

Al igual que en la mancha humana, uno de los temas principales es la búsqueda de la indentidad. Todas las personas tenemos que buscar nuestro espacio dentro del mundo en que vivimos. El problema es cuando no lo encontramos.

El libro plantea un debate interesante ¿Qué es la identidad? ¿Cómo se forma? ¿Podemos identificarnos como queramos? ¿Dónde están los límites? ¿Puede uno renunciar a ser negro y convertirse en judío?

LA historia nos depara muchas sorpresas. A medida que la vamos leyendo nos vamos sorprendiendo con muchos de los hechos en la vida de Coleman Silk hasta llegar a su "secreto". Un secreto del que depende toda su identidad.

Y, al final, el debate sobre la identidad también puede ser sobre la realidad. ¿Qué es real? Real es lo que nosotros creemos que es.

22.2.08

Philip Roth y la historia. lLa mancha humana

La Mancha Humana es el tercer libro de la trilogía formada por Pastoral Americana y Me casé con un comunista. El propio Roth dijo que “pienso en estos libros como una trilogía en la que se tratan los momentos históricos de la vida norteamericana de post-guerra que han tenido mayor impacto en mi generación”.

Estos hechos son: La Segunda Guerra Mundial, Vietnam, la era McCarthy, los movimientos por los derechos civiles, el Watergate y el más recientemente caso Clinton.

El mérito de Roth está en hacer que algunos temas que en principio sólo pudieran afectar a los estadounidenses, lleguen a todo el mundo. Logra convertir acontecimientos locales en universales y denuncia hechos concretos de la historia de su país, pero que pudieran ser extensibles a otros: las guerras y sus consecuencias, la falta de libertad, el racismo, la corrupción política o el cinismo moral de la sociedad.

Probablemente Vico tuviera razón con su teoría de la historia: aunque con pequeñas variaciones, determinados momentos comparten sus características; toda sociedad pasa por momentos de creación, auge y decadencia. No es que la historia se repita si no que forma parte de una espiral creciente con nuevos elementos cada vez.

Y en esos nuevos elementos deberíamos situar a los protagonistas de la mancha humana:
Coleman Silk ve como su reputación y su carrera se arruinan por una acusación de racista ante un de sus alumnos, y al mismo tiempo, su vida es un engaño por renegar de su propia raza y querer ser libre socialmente.
También el personaje de Lester Farley es víctima de los acontecimientos, arrastrando las terribles secuelas sicológicas de dos guerras que le convierten en un ser insensible, maltrtados y peligroso.

Los personajes de la mancha humana se ven afectados y condicionados personalmente por la parte de la historia de su país que les toca vivir.

13.2.08

Philip Roth. La mancha humana

Nuestra próxima lectura será la mancha humana de Philip Roth.
La adpatación cinematográfica es de Robert Benton y está protagonizada por Nicole Kidman y Anthony Hopkins.