23.12.07

Gracias!!!

Gracias!!!
A quienes seguís colaborando y participando en nuestro club. Volvemos en enero con
EL AMIGO AMERICANO, de Patricia Highsmith y película de Win Wenders.

Y este es nuestro regalo de Navidad. Probablemente la mejor canción del año:

Cristina y Nacho Vegas cantando Me he perdido.

Y como recuerdo, Nacho Vegas y La canción de Michi Panero. Una pequeña debilidad.

14.12.07

Adolescencia y Vírgenes cuicidas

La adolescencia, ese estado de energía sin empleo, de sentimientos extremos, de indolencia e impaciencia, en el que se abren nuestras posibilidades de ser, y donde lo malo o excelente de nuestra persona está por ver. En algún lugar de nuestra mente, en estos años, se guardan, el gesto, la palabra, el hecho que nos marca, preparados para salir cuando menos lo esperamos, dirigiendo nuestra actitud ante la vida futura.

Ahora bien, el ser mujer y adolescente es doblemente complejo. Aunque lo parezca no son actos banales, comer a todas horas espagueti por amor, como hace Cecilia, o escribir por todas partes el nombre de aquel al que se admira y ama con autentica pasión, como hace Lux. Detrás de las tonterías de la edad están ocultos grandes sentimientos, que aún no se han empañado con la experiencia. Hay que reconocer que ellos están en este momento a años luz en su conocimiento de lo divino y lo humano, demasiado ocupados contando agujeros en el techo, o mirando debajo de las faldas, mientras ellas profundizan en las artes del amor y la seducción, escribiendo cartas con huellas de labios y aprendiendo que colores combinan y cuales no.

Hombre o mujer, el adolescente es un ser vulnerable y sensible, que percibe una imagen deformada de si mismo a través de la opinión de los demás, que en este momento pesa más que el propio criterio. Sin embargo se trata de una prueba que es imprescindible pasar, un aprendizaje iniciático en el camino hacia la madurez. Hay que aprender errando, porque de lo contrario la jaula de cristal se romperá algún día sin estar preparados. Los Lisbon parecen querer a sus hijas, pero equivocan las formas. Confunden protección con aislamiento.

Es comprensible, que en la inconsistencia e inestabilidad de carácter de una adolescente, puedan estar en un mismo plano de importancia, decidir que zapatos ponerse para una fiesta, o qué método utilizar para suicidarse. Ese es el peligro de la incomunicación, de la ausencia de guía, de la falta de un referente sólido.
Es cierto que la comunicación entre padres e hijos se complica enormemente en esta etapa, pero lo sabio es mantenerse en retén y a la espera de que pase pronto, sin bajar la guardia. De vez en cuando siendo inflexible, y las más intentando la negociación y el diálogo, hasta que la sensatez vuelva a nuestras vidas. Haciendo bueno el dicho, manos que no dais que esperáis, por lo menos habrá que escuchar cuales son las necesidades en las que se puede ceder.
Parece que no hay nada de todo esto en casa de los Lisbon. Es posible levantarse un día y tener la impresión de que no se conoce a los hijos, “como si fueran personas extrañas, con las que uno acepta vivir”, pero si es sólo un espejismo pasajero, de lo contrario algo habremos hecho mal antes de llegar hasta aquí.

Ser adolescente puede ser agotador para todos, pero tiene su encanto. Con el tiempo nos vamos desprendiendo de muchos de sus valores en pos de la madurez y las responsabilidades. Es lo que se espera de nosotros.
No he vuelto a reír, ni tampoco a llorar con la misma sinceridad de entonces, y lo hecho de menos.

Personalmente rompo una lanza por lo que estas hermanas representan, haciendo buenas las palabras del profeta: el frío y la noche cubrirían la tierra y el alma se hundiría en la miseria, si los buenos Dioses desde sus quietas moradas, no enviaran de vez en cuando al mundo a tales adolescentes, para rejuvenecer la marchita vida de los hombres.

5.12.07

Rock y Vírgenes suicidas

Hace ya tanto tiempo de todo esto, que ahora mismo no consigo recordar si fue a Robert Johnson el primer bluesman que hizo un pacto con el diablo. Se decía, que todos los buenos músicos se encontraban con él en los cruces de caminos. Nuestro infernal amigo les ofrecía el talento necesario a cambio de su alma. Igual que a Fausto. ¿Quién sabe? Quizás Fausto fue el primer bluesman de la historia.

El hecho es que desde entonces, el blues y todos sus derivados hasta llegar a nuestros días han sido consideradas músicas malditas. Música que incita al baile, al roce de los cuerpos, al placer sexual y a la sensualidad. A la pérdida de la estabilidad emocional. A estados de ánimo que nos hacen caer en las más dulces tentaciones. Siendo así ¿Cómo no iban a escribir los Rolling (Sus Satánicas Majestades para los amigos) una canción titulada Sympathy for the Devil.

En Las vírgenes suicidas la música aparece en todo su esplendor satánico. Para el señor y la señora Lisbon son una causa del mal de sus hijas y necesitan deshacerse de todos esos vinilos que incitan a la lujuria y al suicidio. Pero no saben que ese mal seguirá entrando por la línea telefónica a través de intercambios musicales. Dicho sea de paso, un intercambio musical que no logro entender muy bien. Y mira que lo he intentado.

Pero sí logro entender que Trip Fontaine escuche a Pink Floyd y a Yes. Cualquiera que haya vivido un mínimo de años en los 70 sabe que tipos de personas eran los que escuchaban a estos grupos. Una definición perfecta a través de la música. Y, aunque no nos lo diga el texto, si la historia transcurre en Michigan en 1974, es muy probable que los discos que escuche sean The Dark Side of the Moon (La cara oculta de la luna) de los Floyd y el Close to the Edge o Fragile the Yes, aunque sea de 1972. Y es que no creo que Trip perdiera el tiempo escuchando los discos posteriores de Yes. Pero eso es solo una intuición.

Y también es muy interesante la mención a la portada y contraportada del Abbey Road de The Beatles. Un disco también mítico, lleno de “señales” que decían que Paul McCartney había muerto