5.12.07

Rock y Vírgenes suicidas

Hace ya tanto tiempo de todo esto, que ahora mismo no consigo recordar si fue a Robert Johnson el primer bluesman que hizo un pacto con el diablo. Se decía, que todos los buenos músicos se encontraban con él en los cruces de caminos. Nuestro infernal amigo les ofrecía el talento necesario a cambio de su alma. Igual que a Fausto. ¿Quién sabe? Quizás Fausto fue el primer bluesman de la historia.

El hecho es que desde entonces, el blues y todos sus derivados hasta llegar a nuestros días han sido consideradas músicas malditas. Música que incita al baile, al roce de los cuerpos, al placer sexual y a la sensualidad. A la pérdida de la estabilidad emocional. A estados de ánimo que nos hacen caer en las más dulces tentaciones. Siendo así ¿Cómo no iban a escribir los Rolling (Sus Satánicas Majestades para los amigos) una canción titulada Sympathy for the Devil.

En Las vírgenes suicidas la música aparece en todo su esplendor satánico. Para el señor y la señora Lisbon son una causa del mal de sus hijas y necesitan deshacerse de todos esos vinilos que incitan a la lujuria y al suicidio. Pero no saben que ese mal seguirá entrando por la línea telefónica a través de intercambios musicales. Dicho sea de paso, un intercambio musical que no logro entender muy bien. Y mira que lo he intentado.

Pero sí logro entender que Trip Fontaine escuche a Pink Floyd y a Yes. Cualquiera que haya vivido un mínimo de años en los 70 sabe que tipos de personas eran los que escuchaban a estos grupos. Una definición perfecta a través de la música. Y, aunque no nos lo diga el texto, si la historia transcurre en Michigan en 1974, es muy probable que los discos que escuche sean The Dark Side of the Moon (La cara oculta de la luna) de los Floyd y el Close to the Edge o Fragile the Yes, aunque sea de 1972. Y es que no creo que Trip perdiera el tiempo escuchando los discos posteriores de Yes. Pero eso es solo una intuición.

Y también es muy interesante la mención a la portada y contraportada del Abbey Road de The Beatles. Un disco también mítico, lleno de “señales” que decían que Paul McCartney había muerto

7 comments:

Anonymous said...

buen texto :)

un saludo, me ha gustado tu blog ;)

Jordim said...

Y qué grande la música de "Air", que te lleva por toda la peli de la Coppola como en una nube.

BUDOKAN said...

Muy buen análisis musical y es verdad que Air en ese film suena a Floyd. Saludos!

Desesperada said...

la banda sonora de air es uno de mis discos favoritos. me parece impresionante. y creo que por eso la peli es tan alucinante, va en volandas con la música, que es perfecta para cada escena.

Rosenrod said...

Me encanta esos apuntes sobre la música de "Las vírgenes suicidas"... desde luego, nada inocente y muy bien escogida.

Un saludo!

Anonymous said...

La música de Air imprime en las escenas de vírgenes suicidas un aura inexplicable, dulce y ambiguo, casi retorcido.Es excelente.

mike said...

tanto la pelicula, com el grupo hacen una gran fucion en todo momento, crea el ambiente que te transporta y te sientes como un vecino mas del, barrio.... sobre pink floyd.... otro maestro de la musica tostada, no le huebiera venido nada mal uno o dos temas de floyd en la peli pa quedar totalmente tostados...
exitos