7.11.07

Los viajes de Bergman. Fresas salvajes

Cuando se es joven, los viajes, indudablemente, van siempre hacia delante. Intentamos soñar con un futuro mejor, intentamos asomarnos a un agujero y ver cómo será nuestro futuro.

Quizás sea una pena que tengamos que llegar al fin de nuestros días para saber que la esperanza no está en el futuro, está en volver al pasado, en recrearlo, en analizarlo, en expulsar fantasmas y viejos temores, en arreglar cuentas con uno mismo lo más rápidamente posible.

Y quizás sea entonces cuando nos damos cuenta de que la muerte no es una amenaza, sino que simplemente es el último paso, necesario para completar el proceso de la vida. Aunque intentemos reírnos de ella y soñemos que la burlamos asistiendo a nuestro propio entierro o imaginando relojes sin manecillas que detengan el tiempo.

Y también de que las relaciones humanas no son perfectas y de que, al final, las parejas son abandonadas en medio de una carretera, pendientes de un destino que no son capaces de comprender. Quizás en la carretera perdida de Lynch. O en esa carretera hacia ninguna parte a la que cantaban los Talking Heads.

También es cierto que la mujer debe decidir su destino, no debe conformarse con lo que la sociedad establece para ella, porque la sociedad está dominada por hombres. Ya lo decía Rimbaud, probablemente mucho más femenino que muchas mujeres: “ser moderno es una obligación.”

Cuando se es mayor, los viajes, indudablemente, van hacia atrás. No hay futuro. Y es que su ausencia es lo único que nos hace mirar atrás. Es la única dirección posible. Una pena. Quizás todos necesitemos unas fresas salvajes dos o tres veces en la vida. Y pronto. Muy pronto.


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12 comments:

Anonymous said...

Olores
Recuerdos de infancia
de plenitud
de vejez
de vida
Las fresas son la cuna de Kane
el desncadenante de la historia
el despertar de la vida adormecida
Lo salvaje está en la otra parte
en la otra orilla
en las aceras del New York de Lou Reed
y de su coro de colegialas

alicia said...

Me ha encantado esa referencia a el Camino a ninguna parte de Talking heads. Tienes razón,la muerte es un paso mas de nuestro viaje

BUDOKAN said...

Interesante visión la que propones sobre los viajes en determinados momentos de la vida. El ir hacia adelante o el ir hacia atrás. Parece que a Bergman siempre le ha gustado reflexionar sobre el primero de estos posibles viajes. Saludos!

Anonymous said...

Hola a todos / todas
La película no es de mis favoritas. No me ha gustado mucho. Es un cine demasiado "alto" para mí. Y he oido que el séptimo sello es aún más defícil. Pero pertenezco al club y la veré.

Anonymous said...

Me uno a ti Isabel, con mi intelecto de plebeya, pero la película me pareció tierna, entrañable, triste y real, una espera incierta que hay en la vida; la muete.
También voy a por la segunda. Bss

Anonymous said...

¿Y las habituales referencias a Dylan? Natalia

Anonymous said...

Son varias las películas que vuelven hacia atrás una mirada nostálgica y tierna, comprensiva y vacua. Como bien destaca lou reed, Ciudadano Kane es una de ellas. Fresas salvajes no me parece una película difícil, aunque bien es cierto que el mero hecho de nombrar a Bergman ya nos previene y nos aparta del film. No se dejen llevar por "escrúpulos culturales" y acérquense a estos filmes sin prejuicios y con ganas de disfrutar del cine, con una visión neutra, sin miedo alguno.

Anonymous said...

Sin duda alguna estamos ante una muy que peculiar road movie. Más que la carretera perdida yo probablemente encontraría un corazón salvaje. No cabe duda de que el anciano hace lo que le apetece en la vida
¿Hay relaciones entre Lynch y Bergman? ¿Es una osadía esa comparación o una falta de respeto?
No creo que sea una película difícil. Aburrida a veces sí. Pero difícil no.
P

Rosenrod said...

Quizá lo único que sucede es que sólo al final tenemos un verdadero pasado...

Un saludo!

Anonymous said...

Interesante el tema del pasado.Tenemos tantos pasdos como la capacidad selectiva de nuestra memoria.

Hatt said...

Y a veces retornamos al pasado, bien porque nos obligan o bien porque nos refugiamos en él.

senses and nonsenses said...

una de mis favoritas de bergman.
que deberíamos haber traducido como silvestres.
qué bien, bergman, estaré atento.

un abrazo.