12.6.07

Blade Runner. Capítulo I. Philip K Dick

El primer capítulo del libro es importante por varias razones. La primera porque marca el entorno social en el que transcurrirá la historia.

Comenzamos con una escena familiar, la de una pareja cualquiera: el hombre se va a trabajar y es el que trae el dinero a casa. Es el que decide lo que se compra, en este caso un animal, sin consultar a la mujer.

En este caso me gustaría hacer una comparación entre el animal y el coche. El libro no le da valor a los vehículos. El valor está en los animales, en lo que es difícil de conseguir. La exclusividad.En nuestra sociedad, los automóviles suelen ser señal de prestigio social. En ¿Sueñan los androides…? El prestigio social está en el animal que tengas.

Pensemos ¿Quién decide qué coche se compra en casa? A no ser que seas una mujer con tu propio trabajo y que necesites el vehículo para ir a trabajar todos los días, es muy difícil que tu marido te permita decidir. Te puede escuchar, y probablemente te hará pensar que la decisión fue tuya. Pero no, amiga, no te engañes.

Veamos ahora el tipo de mujer que es Iran: no trabaja, se queda en casa sin tarea y me da la impresión que es una mujer caprichosa, enganchada a su máquina. ¿Qué hace Iran en casa todo el día? Se admiten sugerencias.

Un último detalle. Camas separadas. En los años 50/60, en las películas solían aparecer dos camas como símbolo de castidad. En este caso también puede ser un símbolo de distancia emocional, quizás la razón real por la que Rick busca algo en Rachel.

Curiosamente, la película da más importancia a la relación de Rick con Rachel que el libro. Sin embargo, en la película no se menciona nunca a Iran.

3 comments:

Desesperada said...

hombre, creo que primero debemos fijarnos en qué época está escrito el libro, en los años sesenta, la mujer aún no podía votar en España, je je. Creo que en ese aspecto es lógico que presente esos roles. Sin embargo, ya dije anteriormente que presenta también personajes femeninos fuertes, como dos de las androides. La cantante de ópera, por ejemplo, decide su camino y apuesta por él sin fisuras, no?

Rosenrod said...

Me parece muy interesante esa comparación entre los animales y los coches. Al fin y al cabo, unos y otros, en sus respectivos contextos, son símbolos de estatus. Y quizá esa identificación, aunque la hagamos inconscientemente, es lo que le da la fuerza a la historia...


Un saludo!

Carles Rull said...

Curiosísimas las "licencias" y libertades que se tomó la película respecto a su base literaria. Un excelente ejemplo sobre como adaptar al cine una novela, pero manteniendo el espíritu de la fuente, y no siendo una mera "ilustración".